Condiciones socio políticas económicas Mexico postrevolucionario 1917 a 1934
Para que no existiera la violencia electoral, la manipulación de las elecciones y que el presidente pudiera tener gobernadores en los estados que fueran afectos, se tenían que crearse organismos que agruparan las fuerzas políticas y sociales.
El grupo de Carranza fue la base en la Constitución de 1917, pues no todos los conjuntos estaban representados, solamente Carrancistas y obregonistas elaboraron el texto constitucional, es decir, solo capas medias de la población, militares, profesores, abogados y periodistas. La nueva constitución tendía a fortalecer al poder ejecutivo, aunque México continuosiendo una republica representativa, democrática y federal constituida por estados libres y soberanos unidos en una federación. Además reconoció como derecho fundamental de los ciudadanos, el asociarse para tratar los asuntos políticos del país. Luego de haber derrotado a las fuerzas populares revolucionarias, el grupo carrancista se consolidó gracias a la promulgación de la nueva constitución.
Con la idea de Obregón de obtener el apoyo político de campesinos, obreros y militares se originó la idea del Partido Nacional Revolucionario en 1929. Pero antes en la convención junto con Alberto J. Pani, Jesús Urueta, Rafael Zurbarán, y Roque Estrada acordó formar la Confederación Revolucionaria pensando en formar el partido Obregonista.
A la muerte de Obregón se dieron nuevas circunstancias que permitieron la viabilidad de la creación de partidos, ya que se acababa con la difícil situación política que él había creado, pero es ha éste a quien se le atribuye la idea de la creación de un gran partido que reuniera a toda la Familia Revolucionaria.
La primera ley electoral posrevolucionaria estableció dos requisitos para formar un partido político, no llevar un titulo religioso ni estar formado exclusivamente un provecho de una razón o religión. Decenas de organizaciones sindicales existían en México, pero la mayor parte de ellas carecía de una implantación a nivel nacional. Como única excepción había sido
La Casa del Obrero Mundial, de la cual la mayor parte de los dirigentes habían sido encarcelados por Carranza y existían las condiciones para la integración de una organización política que representara los intereses de la clase obrera. Bajo este contexto Luis N. Morones y otros dirigentes crearon el Partido Socialista Obrero, el cual pretendía convertirse en el partido de la clase obrera mexicana, sin embargo desapareció.
Obregón junto con Alberto J. Pani, Jesús Urueta, Rafael Zurbarán y Roque Estrada acordaron formar la Confederación Revolucionaria pensandoformar un partido Obregonista. Pero Carranza emitió el decreto del 6 de enero de 1915, que constituye son la base de lo que hoy conocemos como reforma agraria., y Carranza prohibió que la confederación siguiera sesionando, ésta se fortaleció, y sus trabajos concluyeron en la formación del Partido Liberal Constitucionalista, en 1917.
El nuevo partido buscaba el liberalismo, el sufragio efectivo, la no reelección la reforma agraria, la protección de los derechos de los obreros, jornada de ocho horas, mejores salarios, seguridad social, administración de justicia, la soberanía de los estados y autonomía municipal.
Carranza vio en este partido una amenaza, ya que vio un gran apoyo para Obregón y poco para él, mientras Obregón organizaba por fuera a los diputados constituyentes para que sirviera de contrapeso a los carrancistas. Por lo que cuando fue electo a la primera magistratura con una amplia mayoría, quito a Obregón de la Secretaría de Guerra, y suprimió el PLC.
El segundo partido de importancia nacional fue el Partido Nacional Cooperatista PNC, creado por estudiantes y profesionistas encabezados por Jorge Prieto Laurens quien contaba con apoyo de Manuel Aguirre Berlanga que en ese tiempo era Secretario de Gobernación.
Obregón regresa a escena en 1919, cuando el carrancismo se dividió en renovadores y radicales liderados por Obregón. El proyecto de sociedad de Carranza estaba cimentado en una alianza de capas medias de la población con ciertas fracciones de la antigua oligarquía y el coahuilense acordó por una mayor importancia a la consolidación del aparato estatal que a propiciar las reformas más urgentes. Las estructuras económicas del Porfiriato no fueron tocadas por la acción del gobierno en su mandato y las clases poseedoras se reorganizaron.
El caudillo sonorense afirmaba que no habían existido en México más que dos partidos, el liberal y el conservador, y en esos momentos solo uno en activada y que estaba dividido en muchos grupos diferentes solamente en detalles, esta tesis la elaboró para unir todas las fuerzas “revolucionarias” presentándose como el aglutinador. En esa época existían cerca de 8 mil agrupaciones políticas y el papel de los partidos era supeditado a las ambiciones de los caudillos militares. Como Carranza se empeño en imponer a Bonillas, Obregón se puso al frente del movimiento armado y por el Plan de Agua Prieta, un grupo de generales señalaron que no reconocerían la legitimidad de don Venustiano, a quien acusaron de haber traicionado a la revolución. El movimiento de Agua Prieta fue la última revuelta militar que triunfo en México en el siglo XX, llevando al poder a los generales sonorenses, Obregón, De la Huerta y Elías Calles.
El principal obstáculo para la consolidación del nuevo régimen seguía siendo la falta de unidad del grupo gobernante, y el poder presidencial se apoyó en la fuerza militar. Mientras Obregón veía a la Revolución como una etapa histórica ya concluida mientras Plutarco Elías Calles veía la idea de la Revolución como un movimiento indefinido que se proyectaba hacia el porvenir. Además este último tomó como modelo a los partidos comunistas y socialdemócratas, que actuaban en Europa con poder centralizado y poder nacional.
En las elecciones de 1928 Obregón planeaba reelegirse, y en las elecciones federales del 1ero de julio, tuvo la mayoría de votos y reconquistaron la mayoría de la Cámara de Diputados, pero cuando fue presidente electo un Católico fanático, José de León Toral, lo asesino en San Ángel.
Por conclusión los partidos que tuvieron la representación más importante en el Congreso de la Unión en la década de 1920 a 1930 si tenían papel en las elecciones pero seguían siendo organizaciones al servicio de élites dirigentes de la fracción triunfante de la Revolución y no tuvieron, más que un débil seguimiento popular. Cuando la fracción revolucionaria del movimiento armado fue vencida, los hombres de Sonora, comenzaron a apoyarse en múltiples partidos constituidos en torno de los caciques que les eran fieles. Es así como Adolfo de la Huerta, Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles se presenta como los herederos legítimos de la revolución.
Al tratar de reorganizar las fuerzas populares, iniciaron mecanismos de mediación entre el grupo gobernante y las masas populares, apoyándose en caciques dirigentes de dichas organizaciones, que se convirtieron en os mediadores entre el poder central y las masas populares.
Calles no encontró las condiciones propicias para crear un partido, así que los trabajos para la formación se iniciaron el primero de diciembre de 1928.En esa fecha tomó posesión a la Presidencia Provisional Emilio Portes Gil, y se integró el comité organizador del partido, entre muchos estaban Aarón Sáenz, Luis L. León, Manuel Pérez Treviño, Basilio Vadillo, Bartolomé García, Manlio Fabio Altamirano y David Orozco ese mismo día convocó a todos los revolucionarios a unir las diversas tendencias revolucionarias para fundar el PNR.
Sin embargo el PRN fue concebido con una doble estructura, por un lado estaba formado por los comités municipales, los comités de Estado, el Comité Ejecutivo Nacional y el Comité Directivo Nacional. El CEN podía aprobar o vetar a los candidatos a diputados y senadores para asegurar el control del partido en las cámaras del Congreso. Los enlaces verticales se utilizaban para fortalecer el centralismo, pero también para prevenir las divisiones al evitar la comunicación interregional de órganos de la misma jerarquía. Es una alianza para regular la distribución pacifica de cuotas de poder nacional y locales entre sus agremiados. No era un partido ideológico ni de clase, lo que vusco era incluir a los grupos estatales que estuvieran de acuerdo y su logro fue imponer la disciplina de partido que hasta entonces era inédita en el país. A finales de los años 30 cuando el panorama político del país cambio y se necesitaba una reforma en el partido que prestará más atención a las organizaciones sociales.
En los sindicatos obreros y campesinos la constitución del PNR fue vista con desconfianza ya que los gobiernos posrevolucionarios se habían mostrado poco favorables al ejido y reparto de tierras así como a la defensa de los trabajadores.
Para 1933 se funda la Confederación General de Obreros de México, con Lombardo Toledano, también el primer sindicato de la industria y el Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la Republica Mexicana. En PRN en 1933 estaba dividido en dos posturas, el conservadurismo de Calles y el radicalismo de Cárdenas. El resultado fue el plan sexenal, a fin de mantener la unidad, marcando un giro en tanto a las políticas, agrarias, laborales y sociales.
Cárdenas fue nominado a la Presidencia y esto no fue visto mal ya que pertenecía a una nueva generación de revolucionarios, preparados y leales a Calles. El discurso cardenista le dio apoyo a los problemas agrarios y obreros, con principios socialistas pero a la mexicana, el Estado ya no era un vigilante sino intervenía como regulador de la economía y equilibraba las diferencias sociales protegiendo a los trabajadores y a la reforma agraria.
Se transformo el PNR a un PMR, dentro del cual la clase política revolucionaría quedó consignada al sector popular el militar, y a los lados el obrero y el agrario, que introdujeron a las masas y a la disciplina. Se estableció una autonomía sexenal, esto quiere decir que cada presidente tenia independencia de acción en cuanto sus decisiones políticas en su mandato sin que sus predecesores pudieran intervenir.
Bibliografía.
Tomada y adaptada de Medina Peña, Luis. Hacia el Nuevo Estado. 1920-1994.pp. 50-52; 53-61; 70-83; 84-117
Luis Javier Garrido, El partido de la Revolución institucionalizada (medio siglo de poder político en México): La formación del nuevo estado (1928-1945)
7ma Edition, México.
Siglo XXI, 1995
380 páginas
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