LA TELEVISIÓN COMO MEDIO DE ENTRETENIMIENTO


Muchas personas hoy en día deniegan del  uso de la televisión como forma de entretenimiento, no los culpo de pensar que es una maquina “que le chupa la imaginación  a los niños”, que enajena o envenena el cerebro, donde se pierde el tiempo. En fin, a veces trato de alejar a la familia de ella, pero desde mi óptica, no todo lo que proviene de ella es malo, ya que ella preserva la cultura, entretiene, e informa. 
La verdad es que dudo que en mi familia, oriunda de la clase media del Distrito Federal, en los 50s hayan tenido televisión, aunque en México ya se daban las primeras transmisiones por allá de San Juan de Letrán. En los sesentas mi padre me plática, que una casa de la cuadra tenían y cobraban un peso para ver algún programa. Posteriormente, mi familia muy oriunda compró su primera televisión y se sentaron frente a la tele para ver las transmisiones de las olimpiadas en otro país. 
Luego los mexicanos transmitiríamos las nuestras del 68. Las grandes figuras de la pantalla comenzaron a hacer sus programas, El Loco Valdez, Héctor Lechuga, Los Polivoces, y los musicales como el de Paco Malgesto, donde los ídolos cantaban y eran  entrevistados, sin faltar los de concurso como el de Sube Pelayo Sube. A la par que la televisión mexicana crecía, una oleada de programas norteamericanos doblados al español, se veían en las pantallas, La casita de la montaña, Bonanza, Los Locos Adams, Los Monters, entretenimiento que se convertían en las nuevas corrientes de masas. Aun la familia veía junta las series. 
En los 70s y 80s, cuando yo era una inocente niña, nadie decía que la “coca-cola” era mala, que la televisión marchitaba la imaginación, el “gansito” era la mejor colación para el recreo y los televisores se comenzaron a multiplicar en las casas, era rara la familia que sólo tenía uno en el hogar, la pantalla se convertía poco a poco, en el centro de 
entretenimiento. Era nuestra telenana y nos dejaban sentarnos frente a la tele hasta dormirnos.
La verdad es que dudo que en mi familia, 
oriunda de la clase media del Distrito Federal, en los 50s hayan tenido televisión, aunque en México ya se daban las primeras transmisiones por allá de San Juan de Letrán. En los sesentas mi padre me plática, que una casa de la cuadra tenían y cobraban un peso para ver algún programa. Posteriormente, mi familia muy oriunda compró su primera televisión y se sentaron frente a la tele para ver las transmisiones de las olimpiadas en otro país. Luego los mexicanos transmitiríamos las nuestras del 68. Las grandes figuras de la pantalla comenzaron a hacer sus programas, El Loco Valdez, Héctor Lechuga, LosPolivoces, y los musicales como el de Paco Malgesto, donde los ídolos cantaban y eran entrevistados, sin faltar los de concurso como el de Sube Pelayo Sube. A la par que la televisión mexicana crecía, una oleada de programas norteamericanos 
doblados al español, se veían en las pantallas, La casita de la montaña, Bonanza, 
Los Locos Adams, Los Monters, entretenimiento que se convertían en las 
nuevas corrientes de masas. Aun la familia 
veía junta las series. achun Cachun rara (algunos hoy fallecidos por VIH), Chiquilladas, Siempre en domingo, Chabelo y la Carabina de Ambrosio eran lo que televisa generaba, pero también entraba un fin sin de entretenimiento “gabacho”. En esos tiempos las caricaturas eran un logro, en unas solamente los labios se movían, muchos pasamos 5 o 6 años de nuestra vida viendo a Don Gato sin darnos cuenta de que sólo tenia 30 
capítulos, Automan 12 capítulos. Los programas como Heidi, Candy Candy, Remi, nos hacían llorar 
(la siguiente generación se mofó del “ojo Remi”) a todas las niñas. 
A mediados de esta última década comenzó a criticarse a la televisión, que si emitían violencia, que 
los niños se vuelven obesos (¿la coca y los gansitos para acompañarla no engordan?), la sociedad del 
espectáculo estaba en pleno auge, ya no era necesario unir a la familia para ver la pantalla, cada 

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