Fisiología del ojo humano e imagen
El diagrama muestra un esquema del ojo humano que viene a ser un cuerpo esférico de unos 2’5cm de diámetro. Cuenta con un orificio por donde entra la luz llamado pupila, con un diámetro entre 2mm y 8mm que se regula según la intensidad de luz. La capa más externa del ojo se llama esclerótica y consta de una membrana blanca, llamada córnea, que en su zona anterior es abombada y transparente.

La luz penetra en el ojo a través de la córnea, atraviesa la pupila y después el cristalino. Éste está constituido por una materia gelatinosa, una lente biconvexa, que provoca un tipo de ajuste fino del haz de tal forma que se modifica la curvatura del cristalino propiciando que la imagen se produzca en la retina.
En la acomodación se contrae un músculo, llamado ciliar, haciendo que disminuya la tensión sobre los unos ligamentos suspensores que sostienen el cristalino. A medida que disminuye esta tensión, el cristalino se hace más esférico y así aumenta su poder de refracción. La capacidad de acomodación del ojo humano está limitada por las características físicas del cristalino y la capacidad de contracción del músculo ciliar.
Para la recepción de la imagen hay en la retina unas células especializadas, llamadas conos y bastones, que son sensibles a los rayos luminosos. Los conos, en un número del orden de siete millones, son sensibles a detalles finos de contraste, color y forma. Se activan en buenas condiciones de iluminación o luz "diurna". La mayor parte de los conos se encuentran en una depresión cerca del polo posterior del globo ocular, conocida como fóvea. Por su parte, los bastones, en número del orden de 100 millones, se localizan en las partes más periféricas de la retina y se activan cuando reciben luz tenue o "nocturna". Los bastones no son capaces de distinguir el detalle fino o el color. Por eso, con baja iluminación es difícil distinguir los colores o ver límites precisos.
Los conos y los bastones generan impulsos eléctricos al recibir la luz, existiendo en la retina otros dos grupos de células que se encargan de transmitir esos impulsos originados por los conos y bastones al cerebro. Los axones de uno de estos grupos forman las fibras del nervio óptico, que abandona la región posterior del globo ocular un poco hacia el lado nasal del centro del mismo. Así pues, los impulsos se propagan al cerebro a través del nervio óptico y es ahí, en el cerebro, donde se realiza la construcción de la imagen y se interpreta lo que vemos mediante un proceso bastante complejo.
Referencias de Internet
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